Nuestra historia


A través de la experiencia personal obtenida en el Centro de Orientación Juvenil Virgilio Guerrero como parte de un equipo de trabajo adscrito a la comunidad religiosa Terciarios Capuchinos, pude vivenciar el trabajo de una pedagogía reeducativa por parte de los religiosos, con esta población de adolescentes y jóvenes vulnerables ante las diferentes situaciones familiares y sociales de los mismos. A partir de esta experiencia, pude constatar y presenciar que a pesar de los excelentes resultados en la reeducación de esta población vulnerable, garantizada en el centro de reclusión en un 75 y 80%, las oportunidades en la sociedad una vez egresados ​​eran muy mínimas o casi nulas por el simple hecho de haber estado en el CAI (Centro de Adolescentes Infractores), de tal manera que, la tendencia de los adolescentes era reincidir en actividades ilícitas y por tal reingresar al «Virgilio Guerrero» u otro CAI.

En ese contexto, de manera informal emprendí un acompañamiento a varios muchachos reincidentes y egresados ​​con el objetivo de dar una segunda oportunidad y una reinserción completa a la sociedad. De todos estos casos de acompañamiento, resaltar uno de los adolescentes con un perfil adverso y una historia de vida difícil, que, en síntesis, reforzaban la tendencia a una actitud negativa del reeducado, quien en diferentes situaciones manifiestas su necesidad de mantenerse en el centro de reclusión por tener mejores condiciones que en el entorno donde habitaba. A partir del trato digno y el acompañamiento otorgado a este joven en particular, el mismo manifestó con desespero su necesidad de ser adoptado por mi persona, por sentirse acogido y aceptado sin ningún tipo de discriminación ni marginación por los errores cometidos, cosa que legalmente resultó imposible, pero me permitió estudiar y comprender su realidad y finalmente me inspiró a la creación de este proyecto (que luego se tornaría una fundación) en la búsqueda de la reinserción total de los adolescentes y jóvenes en condiciones vulnerables, teniendo como bastión fundamental el aspecto educativo, familiar, profesional y laboral.

 

 

 

Trazada esta hermosa tarea de la reinserción de los adolescentes y jóvenes en condiciones vulnerables de manera efectiva en la sociedad, surgen una serie de interrogantes de cómo ayudar a los jóvenes una vez estos terminan su medida socio-educativa, qué tipo de acompañamiento afectados tanto los jóvenes como su familia para una reinserción sana, productiva y responsable teniendo como valor fundamental la honestidad. A partir de estas interrogantes nace la Fundación ACÉPTAME, nombre que fue sugerido en consulta con los mismos acompañados, quienes deciden que quieren sentirse aceptados por la sociedad con sus errores, pasado, presente, con sus dones y talentos, con su historia de vida. Para reafirmar el nombre de la fundación y su objetivo tenemos como slogan «Construir puentes para restaurar vidas» .

Nuestra sede está ubicada en el sur de la ciudad de Quito – Ecuador.